
Justo ha llegado cuando tenía que hacerlo, cuando otra vez empezaba la noche y el rimel, surgió el buen camino, y así lo creo. Con la facilidad que tengo por ilusionarme mi corazón se pone nervioso, impaciente otra vez, dudoso, esperanzado con su mundo, con su paz, con su otra visión, con todo lo que me puede dar. Sus alas son enormes, necesita volar y yo quiero aprender, escuchar, ver, mirar, empaparme de el, quiero que se desnude y sentirlo puro, quiero que me descubra, quiero que me pueda ver, quiero que me tenga en cuenta.
Justo ahora.
Justo ahora.